Vila Nova de Milfontes es una parada perfecta de la costa portuguesa. No tan frecuentada como las playas del Algarve, y con ese encanto propio de la zona del Alentejo, se trata de una pequeña ciudad de playa donde pasar unos días tranquilos, mirando el mar y comiendo bien. Así de simple.
La ciudad, al menos la parte más interesante, se recorre andando en un momento. Tenéis una pequeña y agradable placita adoquinada con vistas al estudiario del Río Mira donde está situado el Forte de São Clemente, y luego son muy agradables los paseos por las playas de Praia do Farol, y la Praia do Malhão, un poco más alejada (a unos 7 km, se puede ir andando fácilmente) pero que merece la pena.
Vila Nova de Vilfontes tiene, como todo el Alentejo, una comida espectacular y son varios los sitios que están muy bien. A nosotros nos recomendaron ir a la Tasca do Celso (Rua dos Aviadores) y la verdad es que no fallamos.